En el País Vasco, detrás de cada colina se descubre un nuevo tesoro: sitios naturales, pero también pueblos vascos que revelan, cada uno a su manera, la identidad local. Los vascos están orgullosos de sus raíces y están unidos a la familia, a la tierra y a las cosas básicas.

Por ello, los pueblos vascos han conservado su carácter a lo largo de los siglos. Ainhoa y Sare se encuentran entre los pueblos más bonitos de Francia. La Bastide Clairence es también, un verdadero tesoro del patrimonio. Arcangues y su campo relajante fueron la cuna del famoso Luis Mariano. El País Vasco es también Cambo-les-Bains y su fuente termal; Espelette y sus pimientos; Hasparren y su iglesia; Souraïde y su vista del Ursuya, Ustaritz y su bosque; Saint-Pée  y su lago. 

Estos pueblos le invitan a realizar bonitas escapadas onduladas o sombreadas, entre el mar y las montañas. Entre los pueblos del País Vasco también hay curiosidades, como las ventas. Se pueden encontrar en el Collado de Ibardin, en Behobia, en Dancharia y Arnéguy. Estos pueblos son el pretexto para dar un paseo o ir de compras. Cada pueblo del País Vasco constituye un pequeño viaje por sí mismo.