Bayona cuenta con el encanto secreto de una ciudad fortificada. También es un espacio abierto al mundo gracias a su puerto, en el Nive y el Adour. Por otra parte, a las puertas de Bayona se extiende la llanura de Ansot, cien hectáreas divididas en senderos pedagógicos que presentan el ecosistema de este humedal, entre el río y el mar.

Rodeada de murallas, la ciudad contiene también la célebre Catedral de Santa María, inscrita en la lista del patrimonio de la Unesco. Podrá meditar en su magnífico claustro y adentrarse en los misterios de su sótano gótico. El encanto de esta ciudad también se debe a sus callejuelas adiquinadas, rodeadas por tiendas, chocolaterías, librerías, etc.

La oficina de turismo le propone visitas temáticas, como la ruta golosa del chocolate o la arquitectura. El Museo Vasco le hace descubrir varios tesoros. Pero también podrá encontrar tradiciones en su vida cotidiana: la pelota, las fiestas de Bayona, los cantos y las danzas, el rugby con el Aviron Bayonnais y, por supuesto, la gastronomía.

La Feria del jamón de Bayona es tanto un ritual como una fiesta y se celebra alrededor de la plaza del mercado en primavera. Bayona también es la ciudad de las corridas de toros. Las plazas de Bayona son las más grandes del sudoeste, con más de 10.000 localidades. El edificio de estilo neo-morisco data de 1893. Bayona: ¡una ciudad llena de recursos que hay que visitar!