Dos caras y una identidad única

Nacida de padre gascón y madre vasca, Anglet está orgullosa de sus orígenes. Esta mezcla ha dado lugar a una identidad única, extraída de sus raíces duales.

Al norte, su larga costa recuerda a las playas vecinas de las Landas. Al sur, comienzan las verdes colinas de las estribaciones pirenaicas y el viento te silba al oído canciones en euskara (lengua vasca). Anglet es a veces gascona, a veces vasca, y a menudo ambas cosas. Pero la ciudad se ha convertido en una con sus dos caras.

Anglet… Sólo su pronunciación ya es suficiente para ponerte en marcha. No olvides que, al pronunciar Anglet, no puedes omitir la «T» final, que se clava en la boca como una pelota en el frontón. En cuanto a su traducción al euskera, Angelu, se pronuncia «anguélou», lo que puede ser útil para leer las señales de tráfico o pedir indicaciones.

Aquí algunos te dirán «egun on» (hola en euskera), otros te saludarán con un cálido «adiou» (hola en gascón), porque sí, no sólo cuenta la letra, sino también la identidad, tanto vasca como gascona.

El euskara y el gascón van aquí de la mano. Basta con pasear por la ciudad y leer los nombres de sus barrios para convencerse. Sonidos gascones (Dous Bos, Quintaou, Louillot…) siguen a nombres de origen vasco (Aritxague, Hardoy, Sutar…). En los cuatro rincones del municipio se sigue utilizando el dúo de modismos regionales. El euskera sigue muy vivo y se enseña en varias escuelas de Anglet. Ya sea en una ikastola (enseñanza 100% vasca) o en una escuela «ikas bi» (enseñanza bilingüe francés/euskera), los niños continúan su educación en euskera. Y los adultos no se quedan atrás, con cursos impartidos por asociaciones para ayudarles a familiarizarse con esta parte de la cultura local.

Asimismo, la asociación Ací Gasconha organiza cursos para quienes deseen (re)aprender la variante local del occitano. Porque la lengua gascona sigue grabada en el ADN de la ciudad, con su lema: «Ma e pignada per m’aida». El mar y el bosque para ayudarme… ¡vaya programa!

Profundamente arraigado en la cultura vasca, el carnaval (ihauteria) celebra el final del invierno. Este ritual, organizado en la Chambre d’Amour por las asociaciones Angeluarrak y Kimua Ikastola, es un alegre espectáculo en vivo abierto a todos. Al son de los joaldunak (los campaneros), la procesión avanza, con los personajes tradicionales del carnaval vasco rodeados de los numerosos niños. El color, la música y la danza conducen al momento fatídico: el juicio y la condena de Zan Pantzar.

Durante el verano, es el turno de que la fuerza vasca muestre sus músculos. Tirar de la paja, carreras de bidones de leche, marcha de carros, concursos de leñadores… son sólo algunas de las pruebas que componen los Juegos Olímpicos del País Vasco. Sus orígenes se remontan a la vida cotidiana. Durante siglos, los jóvenes vascos se han desafiado de granja en granja. Incluso hoy en día, un puñado de jóvenes acérrimos mantienen vivas estas disciplinas, y se les puede ver en Anglet en varios espectáculos de verano.

Durante las fiestas, le toca a Olentzero iluminar los ojos de los más pequeños. Este personaje tradicional, carbonero de oficio, desciende de las montañas para iluminar y calentar los hogares en el Solsticio de Invierno. Flanqueado por ovejas, caballos y escolares disfrazados de las escuelas de Anglet, el carinegro marcha al son del gaitero, el txistulari y el trikilari (instrumentos tradicionales).

Muy viva en las Landas y en toda Gascuña, la fiesta de la Maiada también se celebra en nuestra ciudad. Tradicionalmente, el mai (tronco de pino joven) se planta la víspera del 1 de mayo. Pero en Anglet no nos conformamos con una sola fecha. Las fiestas se prolongan durante diez días, con dos conciertos, una exposición, una conferencia, un espectáculo infantil y una compañía de zancudos. Los conciertos gratuitos incluyen una exposición de artistas contemporáneos que reinterpretan a su manera la cultura gascona.

A lo largo del año, el espacio Uei en Gasconha (ahora en Gascuña) ofrece una programación actualizada para ayudarte a comprender mejor esta cultura.

Orgullosa de sus orígenes, Anglet abraza plenamente su doble cultura.
Ni vasca ni gascona, es ambas. ¡No puedes elegir entre tu madre y tu padre!

La mejor forma de descubrir Anglet es en bici, ¡y eso según Angloys! ¡Stéphanie, Thomas, Gypse y Tinko te llevan a bordo de su bicicleta de carga para descubrir este nuevo número!